Inteligencia Artificial no tiene la capacidad de innovar

Milthon Lujan Monja

Inteligencia Artificial y la creatividad humana son importantes para innovar. Fuente: Bovee and Thill.
Inteligencia Artificial y la creatividad humana son importantes para innovar. Fuente: Bovee and Thill.

Un estudio publicado por un equipo de investigadores de la Universidad de Navarra (España) y de la Universidad Panamericana (México) concluye que las máquinas y los dispositivos “inteligentes” no tendrán la capacidad de innovar y nunca lo harán.

Los investigadores exploraron si las actuales tecnologías de automatización y la Inteligencia Artificial (IA) serán capaces de innovar, y en qué medida dicha actividad es exclusivamente inherente a la naturaleza humana.

Según el estudio debemos repensar la innovación, su rol en la historia y en nuestras vidas diarias.

“En un contexto de creciente competencia global, acelerado ritmo de cambio, creciente complejidad e incertidumbre, escasez de recursos y aumento de precios, las empresas necesitan actualizar continuamente sus conocimientos”, destacan.

En este sentido, muchas empresas han puesto un énfasis considerable en las actividades de innovación como una forma de adaptar sus métodos, procesos y sistemas de producción al desafiante contexto actual.

La creatividad y la sabiduría práctica como excelencias o virtudes de la innovación

“La virtud que corresponde a la práctica de la innovación es la creatividad. En este trabajo, al definir la creatividad como una virtud, la diferenciamos de la capacidad que tiene la mayoría de las personas”, destacan.

Los investigadores citan a Astola et al. (2021) que describe tres componentes de la virtud de la creatividad, a saber, sus elementos: teleológicos, procedimentales y motivacionales.

  • Teológico: Hace referencia a la “creación de artefactos novedosos y valiosos” e implica alcanzar con éxito el objetivo final o telos de la creatividad.
  • Procedimental: Esta asociado a la idea de que la creatividad como virtud también requiere “un cierto grado de dominio” y que el agente “sabe lo que hace” con su práctica.
  • Motivacional: Requiere estar motivado por los valores inherentes a la innovación. Los valores necesarios para la motivación intrínseca pueden ser los valores internos de la subdisciplina de innovación con la que trabaja el innovador.
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Innovación artificial y creatividad artificial

La creciente complejidad computacional inherente a la Inteligencia Artificial en general continúa generando resultados extraordinarios en toda una gama de tareas que antes se consideraban imposibles de manejar.

Pero, la pregunta que responden los investigadores es si la inteligencia artificial podría ser capaz de innovar por sí sola.

Desde el principio, la IA se originó en el campo de la informática y sus primeras aplicaciones comerciales se encuentran en dominios relativamente estrechos como la robótica. Hoy en día, los algoritmos de aprendizaje profundo que se están desarrollando pretenden convertirse en “tecnologías de propósito general” y, en última instancia, tener aplicaciones en un dominio de aplicación muy amplio.

Sin embargo, los investigadores describen cuatro limitaciones principales de los modelos de aprendizaje automático:

a. Aprenden a través de la observación, y solo conocen los datos con los que han sido entrenados.

b. Una vez que han sido entrenados, los modelos de aprendizaje automático se vuelven inflexibles y no pueden manejar la multitarea.

c. Los algoritmos de aprendizaje automático no pueden realizar ninguna tarea que requiera razonamiento o planificación a largo plazo, incluso con grandes cantidades de datos.

d. Son programados y supervisados por expertos humanos en Inteligencia Artificial, quienes establecen la función de optimización y las variables de entrada de un problema determinado, lo que revela una falta de autosuficiencia, una característica de la inteligencia y creatividad humana.

¿La innovación es específicamente humana?

Los investigadores citan que la Inteligencia Artificial no es un “método de invención” per se, sino un método sofisticado de imitación que puede reconocer e identificar patrones mejor y más rápido que la mente humana.

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“La Inteligencia Artificial no tiene la capacidad de encontrar soluciones creativas (útiles, más que novedosas) que sean comparables (y lejos de ser superiores) a las que surgen de la mente humana. La IA no ha demostrado ser capaz de fijarse objetivos propios más allá de aquellos para los que ha sido programada y esto impide que las máquinas lleven a cabo acciones voluntarias”, informan.

“Concluimos que los robots y los dispositivos “inteligentes” no tienen la capacidad de innovar y nunca la tendrán. Pueden replicar la capacidad humana de la creatividad, pero carecen de las condiciones necesarias para ser un lugar de virtud y participar dentro de una tradición”, los investigadores fundamentan su respuesta en los siguientes puntos:

  • La innovación requiere la cooperación entre individuos; de hecho, la innovación generalmente surge del núcleo de un grupo de innovación.
  • La innovación requiere llevar los bienes internos a la práctica, lo que implica desarrollar virtudes y forjar el carácter.
  • La innovación solo tiene sentido dentro de una comunidad y una tradición que busca la mejor manera de vivir.
  • La innovación implica la actualización prudencial del conocimiento.
  • La Inteligencia Artificial no puede experimentar la “inspiración” propia de las actividades científicas y artísticas, que la conciencia permite sentir a los humanos.

Conclusión

“En resumen, concluimos que la innovación es una práctica (relativa al dominio) que es específicamente humana ya que está fuertemente ligada a la virtud y solo puede entenderse dentro del arraigo social propio de las comunidades y tradiciones”, explican.

Los investigadores concluyen que “las máquinas y los dispositivos “inteligentes” no tendrán la capacidad de innovar y nunca lo harán. Pueden replicar la capacidad humana para la creatividad, pero carecen rotundamente de las condiciones necesarias para ser un lugar de virtud o comprometerse con una tradición”.

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Finalmente, describen que la innovación tiene un componente teológico e implica acciones prudenciales que exigen un conocimiento racional y libre albedrío para actuar voluntariamente. En su estado actual de desarrollo, la Inteligencia Artificial no presenta estas características.

El estudio fue financiado por MCIN y por ERDF A way of making Europe.

Referencia (acceso libre)
Redín, D. M., & Scalzo, G. (2023). Innovation as a practice: Why automation will not kill innovation. Frontiers in Psychology, 13. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2022.1045508

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