Generalmente se acepta que las prácticas colaborativas subyacen a la creación de la innovación, pero no se comprende bien cómo y cuándo surgen estas prácticas, particularmente dada la presencia de espacios de trabajo flexibles y abiertos; sin embargo, un estudio concluye que los espacios de coworking pueden limitar la creatividad y la innovación en las startups.
Los coworking, o espacios compartidos, cuya popularidad ha aumentando desde la pandemia, pueden ofrecer oportunidades iniciales para colaborar pero, en poco tiempo, finalmente inhiben el surgimiento de prácticas colaborativas.
El estudio, en donde participaron investigadores de Bayes Business School de la University of London y de la IESEG School of Management, investigó cómo surgen las prácticas colaborativas en los espacios de coworking, utilizando Level 39, un espacio de coworking líder en el distrito financiero de Canary Wharf, y uno de los más grandes de Europa, que es ocupado principalmente por sectores tecnológicos y fintech, como base.
Con base en siete estudios de casos de empresas tecnológics/fintech emprendedoras en Londres, los investigadores exploraron cómo los espacios colaborativos conducen a prácticas colaborativas, cuando lo hacen.
Coworking facilitan exploraciones colectivas
Los hallazgos muestran que el entorno informal del espacio inicialmente apoyó las exploraciones colectivas entre empresas emergentes, pero inhibió el desarrollo de colaboraciones.
Si bien el espacio permitió las interacciones sociales y la creación de redes en la cocina comunal, el salón y las áreas de descanso, los hallazgos mostraron que las empresas abandonaron el espacio porque los beneficios de colaboración eran pequeños y las interacciones se volvieron menos significativas y forzadas con el tiempo.
Además, las empresas destacaron que el espacio se volvió cada vez más dependiente de la ocupación y la escalabilidad en medio de su crecimiento, lo que afectó negativamente el diseño especial óptimo y las relaciones más personalizadas con las empresas emergentes.
El profesor Stefan Haefliger, autor principal y académico de Bayes, realizó la investigación con el exestudiante de doctorado de Bayes, Ghassan Yacoub, y dijo que los hallazgos fueron de particular importancia para los gerentes y anfitriones de espacios de trabajo conjunto.
Necesidad de catalizadores
Haefliger destacó la necesidad de un catalizador, actores que faciliten y alienten actividades que mantengan las interacciones y fomenten la cooperación, para impulsar un trabajo cruzado que tenga impacto en el Reino Unido y más allá.
“El auge de los espacios de coworking como nuevas formas de trabajo ha redefinido nuestra comprensión de los límites físicos, temporales y espaciales tradicionales de las organizaciones”, dijo el profesor Haefliger.
“Es responsabilidad del anfitrión del espacio y de quienes lo utilizan convertirlo en un entorno que pueda ver asociaciones en auge y un semillero de ideas de próxima generación. Los empresarios deben adoptar las interacciones en las primeras etapas para dark el primer paso hacia el trabajo colaborativo, con los administradores del espacio de trabajo actuando como catalizadores para impulsar estas asociaciones”.
“Después de la pandemia, podemos esperar más incertidumbre sobre cómo los individuos y los equipos empresariales que forman una colaboración se reapropian del espacio. Es posible que los administradores del espacio de trabajo deban dejar espacio para la experimentación y permitir la flexibilidad”.
“Estos hallazgos también son relevantes para otros mercados. El entorno construido representa una fortaleza clave y una característica de Dubai y cómo, después de la pandemia, los hábitos de trabajo han cambiado y cómo las rutinas de colaboración pueden requerir espacios modernos y oportunidades de interacción. ¿Cómo una ciudad como Dubai atraerá nuevos trabajos y atenderá el trabajo colaborativo contemporáneo? Dubai es tanto un centro para la colaboración global como una oportunidad experimental para impulsar el cambio e inspirar a otras ubicaciones globales que podrían tardar más en cambiar”.
Conclusión
El estudio revela cómo pueden surgir prácticas colaborativas en espacios de coworking a través de un estudio de caso de startups.
Asimismo destaca que el surgimiento de los espacios de coworking como nuevas formas de trabajo ha redefinido nuestra comprensión de los límites físicos, temporales y espaciales tradicionales de las organizaciones.
“Dada las construcciones utilizadas en nuestra discusión crítica, las acciones de los diversos actores involucrados en el espacio de coworking pueden tener efectos dispares en la construcción de colaboración y la creación de innovación”, destacan los investigadores.
Asimismo, recomiendan que la organizaciones de membresía basadas en el espacio, sus habilidades para beneficiarse adecuadamente de los elementos informales y espaciales del espacio compartido, así como capturar el efecto habilitador de los catalizadores, es crucial para dar como resultado prácticas colaborativas.
Las startups deben maximizar tanto la proximidad espacial como la informalidad en las primeras etapas de su participación en el espacio para llegar a la etapa de exploración colectiva.
Finalmente, el estudio también tiene implicaciones igualmente relevantes para los gerentes que gestionan el espacio de coworking y cómo deberían hacer las cosas de manera diferente con estas transformaciones laborales recientes.
Referencia (acceso libre)
Yacoub, G., & Haefliger, S. (2022). Coworking spaces and collaborative practices. Organization, 0(0). https://doi.org/10.1177/13505084221074037