¿Cómo enseñar a emprender en las universidades? la respuesta está en los docentes

Milthon Lujan Monja

Educadores capacitándose para integrar la educación en emprendimiento en todas las disciplinas universitarias. Imagen elaborada por Gemini.
Educadores capacitándose para integrar la educación en emprendimiento en todas las disciplinas universitarias. Imagen elaborada por Gemini.

En el ecosistema de la innovación, a menudo nos preguntamos de dónde surgirán los próximos grandes emprendedores. La respuesta tradicional apunta a las escuelas de negocios, pero ¿y si el próximo disruptor es un biólogo, un ingeniero o un historiador? La realidad es que las competencias emprendedoras —como la creatividad, la resolución de problemas y la resiliencia— son cruciales en todos los campos profesionales. El gran cuello de botella no es la falta de talento estudiantil, sino la falta de educadores preparados para cultivarlo fuera de los silos tradicionales.

Un estudio reciente de Fufen Jin y Gunhild Marie Roald de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU), publicado en la revista científica Cogent Education, aborda este desafío de frente. Su investigación evalúa un programa de desarrollo profesional docente (TPD, por sus siglas en inglés) diseñado específicamente para capacitar a educadores de diversas disciplinas, desde ingeniería hasta humanidades, en la enseñanza del emprendimiento. Los resultados son una hoja de ruta para cualquier institución que aspire a convertirse en una verdadera universidad emprendedora.

Conclusiones clave del estudio

  • Los docentes de áreas no empresariales a menudo carecen de la confianza y las herramientas para enseñar emprendimiento. Una formación específica y práctica aumenta significativamente su seguridad y competencia.
  • El objetivo principal del «emprendimiento embebido» no es que cada estudiante funde una empresa, sino que desarrolle una mentalidad emprendedora aplicable a cualquier desafío profesional o social.
  • Los métodos activos y prácticos, donde los docentes «aprenden haciendo», son fundamentales. El programa evaluado se basó en enfoques constructivistas y experienciales que luego los propios educadores replicaron en sus aulas.
  • Los profesores que recibieron la capacitación no solo cambiaron su forma de enseñar, sino que observaron un mayor compromiso y mejores resultados de aprendizaje en sus estudiantes, quienes se mostraron más creativos y participativos.

El desafío: llevar el emprendimiento más allá de la facultad de negocios

Durante años, políticos y organizaciones como la OCDE y la Comisión Europea han impulsado la integración de la educación en emprendimiento (EE) en todos los niveles educativos. Sin embargo, en la práctica, esto se ha topado con una barrera importante: los profesores de disciplinas como ingeniería, ciencias sociales o salud a menudo no se sienten preparados ni ven la relevancia de enseñar a emprender.

El estudio identifica dos enfoques para solucionar esto: traer expertos externos como conferencistas o, la vía más sostenible, capacitar a los propios docentes de cada disciplina para que integren el emprendimiento de manera orgánica en sus cursos. Este último método, conocido como Educación en Emprendimiento Embebido (EEE), es el más prometedor, ya que contextualiza las habilidades emprendedoras dentro del campo de estudio del alumno, haciéndolas más relevantes y accesibles.

La solución: un programa de formación que transforma mentalidades

El equipo de la NTNU diseñó un programa intensivo de dos días llamado «Educación en Emprendimiento para un Mejor Aprendizaje». Este curso, de carácter electivo, estaba dirigido a docentes de toda la universidad y se centraba en tres pilares:

  • El PORQUÉ: Inspirar y motivar a los educadores, mostrando la relevancia del emprendimiento en sus respectivas áreas y cómo este puede preparar mejor a sus estudiantes para los desafíos del siglo XXI.
  • El QUÉ: Proporcionar un marco práctico y fácil de aplicar llamado I-CARE (Interactuar, Desafiar, Actuar, Reflexionar y Abrazar la incertidumbre), diseñado para fomentar competencias emprendedoras a través de métodos de enseñanza activos.
  • El CÓMO: Entrenar a los docentes en herramientas pedagógicas concretas, como el pitching, demostrando cómo una habilidad esencialmente emprendedora puede usarse para mejorar la comunicación y la capacidad de persuasión en cualquier disciplina.

Del escepticismo a la acción

Para medir el impacto del programa, los investigadores utilizaron un enfoque de métodos mixtos, combinando encuestas antes y después del curso con entrevistas de seguimiento meses después. La evaluación se basó en el robusto modelo Kirkpatrick, que mide reacción, aprendizaje, comportamiento y resultados.

Impacto inmediato: un aumento medible en confianza y conocimiento

Los datos cuantitativos no dejaron lugar a dudas. Antes de la capacitación, la confianza (media de 3.50 sobre 5) y la competencia (media de 2.94 sobre 5) de los docentes para enseñar emprendimiento eran bajas. Después del curso, la confianza se disparó a 4.81 y la competencia a 3.78, diferencias estadísticamente significativas. Además, los participantes calificaron el curso como muy relevante y atractivo, sintiendo que les proporcionó conocimientos aplicables a su trabajo diario.

Impacto a largo plazo: cambios reales en el aula

Aquí es donde la investigación se vuelve realmente poderosa. Las entrevistas de seguimiento revelaron que la formación no fue un evento aislado, sino un catalizador de cambio duradero.

  • Cambio de comportamiento: Los profesores comenzaron a experimentar con métodos de enseñanza más interactivos y centrados en el estudiante. Un profesor de ingeniería, por ejemplo, organizó un concurso de pitching en su clase para que los estudiantes presentaran proyectos a un fondo ambiental real, logrando una participación y creatividad sorprendentes.
  • «Identificación» disciplinar: Un hallazgo fascinante fue el proceso de «identificación», donde los educadores conectaban conceptos emprendedores con su propio campo. Un docente de neuromedicina se dio cuenta de que hacer un pitch era similar a explicar un plan de tratamiento a un paciente de forma clara y convincente. Un ingeniero reconoció que la «mentalidad de solución de problemas» de su disciplina ya era, en esencia, una forma de pensamiento emprendedor. Esta conexión personal fue clave para la adopción.
  • Resultados en los estudiantes: El cambio en la pedagogía de los docentes tuvo un efecto directo en el aprendizaje. Los educadores informaron que sus estudiantes estaban más comprometidos, aprendían unos de otros y generaban ideas más innovadoras. Esto no solo mejoró la experiencia del estudiante, sino que también revitalizó la motivación de los propios profesores.

Implicaciones para la innovación y el futuro de la educación

Este estudio demuestra que invertir en la formación docente es una estrategia de alto impacto para fomentar una cultura de innovación y emprendimiento en la educación superior. No es suficiente con decretar que el emprendimiento debe enseñarse en todas las carreras; es fundamental empoderar a los educadores con las herramientas, la confianza y la mentalidad para hacerlo de manera efectiva.

  • Para los líderes de innovación en empresas y universidades, el mensaje es claro: si queremos una nueva generación de profesionales proactivos, creativos y capaces de resolver problemas complejos, debemos empezar por sus formadores. Programas como el evaluado en este estudio ofrecen un modelo probado y eficaz para lograrlo, demostrando que con el apoyo adecuado, cualquier profesor, de cualquier disciplina, puede convertirse en un catalizador del espíritu emprendedor.

Contacto
Fufen Jin
Department of Industrial Economics and Technology Management, The Norwegian University of Science and Technology (NTNU)
Trondheim, Norway
Email: fufen.jin@ntnu.no

Referencia (acceso abierto)
Jin, F., & Roald, G. M. (2025). Training university educators to foster embedded entrepreneurship education: an evaluation. Cogent Education, 12(1). https://doi.org/10.1080/2331186X.2025.2564255