Un equipo de investigadores estudió como la falta de interacción en persona, por el uso de las videoconferencias, puede afectar la generación de ideas creativas.
La pandemia del COVID-19 aceleró el cambio hacia el trabajo remoto, debido a que millones de empleados fueron enviados a trabajar desde su casa y colaborar virtualmente mediante el uso de las tecnologías de videoconferencias.
Los investigadores Melanie Brucks, de Columbia Business School en la Columbia University, y Jonathan Levav de la Stanford Graduate School of Business de la Stanford University estudiaron cómo la falta de interacción en persona afecta la innovación, que se basa en la generación colaborativa de ideas.
Ellos exploraron cómo el cambio hacia el trabajo remoto afecta las tareas esenciales del lugar de trabajo.
Hasta hace poco, las tareas esenciales en el lugar de trabajo requerían en gran medida el mismo espacio físico porque las tecnologías de comunicación existentes (como cartas, correos electrónicos y llamadas telefónicas) limitaban el alcance de la información disponible para los comunicadores y reducían la sincronicidad del intercambio de información.
Sin embargo, los avances recientes en la calidad de la red y la resolución de pantalla han dado paso a una tecnología audiovisual sincrónica, la videoconferencia, que transmite muchas de las mismas señales de información auditiva y no verbal que la interacción cara a cara.
Experimentos de videoconferencias con trabajadores
En experimentos con trabajadores de varios países, los investigadores determinaron que los compañeros de trabajo tendían a ser menos hábiles para generar ideas creativas cuando se comunicaban por video, que en persona.
Sin embargo, las reuniones virtuales no dañaron, y en realidad pueden haber ayudado, su capacidad para concentrarse y tomar decisiones.
A pesar de las muchas dudas sobre la posible desaparición de la interacción en el lugar de trabajo, en realidad hay muchas similitudes entre las videoconferencias y las conferencias en persona, dijo Melanie Brucks, una de las autoras del estudio.
“Pero una gran diferencia es el entorno físico”, manifestó Brucks, profesora asistente en Columbia Business School en la ciudad de Nueva York.
Cuando los compañeros de trabajo están en la misma habitación, pueden sentirse libres de mirar alrededor, moverse, mirar por la ventana, para esencialmente dejar que sus ojos y mentes divaguen. Y cuando se trata del pensamiento creativo, destacó Brucks, deambular es bueno.
Entorno compartido
Por el contrario, la videoconferencia crea un “entorno compartido” muy diferente, donde su compañero de trabajo existe en un cuadro en la pantalla de su dispositivo.
“Si miras hacia un lado, has ‘abandonado’ tu entorno compartido”, dijo Brucks.
Por lo tanto, las personas generalmente limitan su enfoque visual a la pantalla de la computadora, lo que también reduce su “enfoque cognitivo”.
Según la investigadora, no hay nada malo con el enfoque tipo “láser”. Señaló que las reuniones virtuales en el lugar de trabajo pueden fomentar la eficiencia, en contraste con las reuniones en persona que a veces pueden desviarse por la tangente.
La creatividad, sin embargo, depende de permitir tangentes.
Los hallazgos, publicados en la revista Nature, se basan en dos grupos de estudio: 602 personas que participaron en un estudio de laboratorio y 1490 empleados de una gran empresa de telecomunicaciones que fueron estudiados en sus lugares de trabajo en cinco países diferentes (en Europa, Medio Oriente y el sur de Asia).
Las personas en el estudio de laboratorio se dividieron aleatoriamente en parejas y se les asignó una tarea creativa para conquistar, ya sea en persona o virtualmente. Cada equipo tuvo que idear tantos usos creativos para un producto (un Frisbee o un plástico de burbujas) en cinco minutos, y luego elegir su idea más innovadora.
En general, encontró el estudio, las parejas en personas evocaron más ideas. Sin embargo, no fueron mejores al seleccionar el mejor (según lo juzgado por los investigadores); de hecho, las parejas en las videoconferencias tenían un poco de ventaja allí.
Los hallazgos fueron similares en el entorno laboral, con parejas en persona ganando cuando se trataba de creatividad, pero no de toma de decisiones.
El estudio de laboratorio también apoyó la idea de que el enfoque físico confinado de las videoconferencias es el problema subyacente.
Tecnología de seguimiento ocular
Utilizando la tecnología de seguimiento ocular, los investigadores descubrieron que las parejas de videollamadas pasaban mucho tiempo mirando la pantalla de la computadora, en lugar de mirar alrededor.
Eso, al parecer, fue en detrimento de ellos, porque los equipos que pasaban más tiempo “mirando alrededor de la sala” tendían a generar más ideas creativas.
Implicaciones políticas
“Nuestros resultados sugieren que existe una ventaja cognitiva única en la colaboración en persona, que podría orientar el diseño de políticas de trabajo remoto”, destacan los investigadores.
Asimismo, ellos indican que al determinar si usar o no equipos virtuales, muchos factores adicionales entran necesariamente en el cálculo, como el costo del viaje y los bienes raíces, el potencial para expandir el grupo de talentos, el valor de los encuentros fortuitos y las dificultades para administrar el tiempo y las diferencias culturales.
“Aunque algunos de estos factores son intangibles y más difíciles de cuantificar, la interacción virtual tiene ventajas económicas concretas e inmediatas”, dicen los investigadores.
Para capturar lo mejor de ambos mundos, muchos lugares de trabajo planean o actualmente combinan la interacción virtual y en persona.
“Nuestros resultados indican que, en estas configuraciones híbridas, podría tener sentido priorizar la generación de ideas creativas durante las reuniones en persona. Sin embargo, es importante advertir que nuestros resultados documentan solo el costo cognitivo de la interacción virtual”, advierten.
Conclusiones
La conclusión, dijeron los expertos, es que las videoconferencias no son buenas ni malas, pero ciertas tareas laborales pueden adaptarse mejor a la comunicación virtual que otras.
Ellos recomiendan que para decidir hasta qué punto una compañía debe usar equipos virtuales, se necesita un análisis más completo que tenga en cuenta otros costos específicos de la industria y el contexto que la empresa podría enfrentar.
Referencia (acceso libre)
Brucks, M.S., Levav, J. Virtual communication curbs creative idea generation. Nature 605, 108–112 (2022). https://doi.org/10.1038/s41586-022-04643-y