por Helen Demetriou
Lecturer in Education, University of Cambridge
La mayor parte de la personas piensan que la empatía, la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, es fija, pero no lo es. La empatía se puede enseñar.
Las investigaciones han demostrado que la lectura puede ayudar a los niños a desarrollar empatía. A través de la lectura, los niños pueden experimentar situaciones de otros, muy diferentes a las suyas y reflexionar sobre esa experiencia.
Otros hallazgos sobre el efecto de enseñar empatía en las escuelas provienen de un programa con el que trabajo llamado “Empathy Week”. Durante el programa se presentan a los alumnos documentales con una variedad de escenarios de diferentes culturas, diseñados para inspirar empatía.
Los primeros hallazgos (que aún no han sido revisados por otros científicos) sugieren que tan solo una semana de lecciones de empatía con estas películas mejora la conciencia emocional de los alumnos.
Además, en mi investigación con escuelas, descubrí que el aprendizaje que incorpora la empatía también puede ayudar a los estudiantes a aumentar su creatividad.
Niveles de empatía
Tenemos empatía en mayor o menor medida dependiendo de una variedad de factores, incluidos los rasgos de personalidad, nuestros genes y nuestro entorno.
Las investigaciones han demostrado que parte, pero no mucha, de nuestra empatía es genética, alrededor del 10%. Esto sugiere que existe potencialmente una gran cantidad de empatía que se puede adquirir a partir de nuestras interacciones cotidianas.
Sin embargo, podemos perder la empatía a medida que envejecemos. La investigación con niños de entre cinco y nueve años midió su grado de empatía al ver escenarios que representaban injusticias sociales hacia niños de diferentes razas.
La actividad cerebral de los niños fue medida mediante un EEG (electroencefalograma), que buscaba niveles más altos de “mu suppression”, una frecuencia cerebral que se utiliza como indicador de los niveles de empatía.
Los niños no mostraron sesgos raciales en sus respuestas de empatía, pero estudios previos con adultos encontraron que los adultos sí tienen este sesgo en sus respuestas de empatía. Esto sugiere que las personas tienen el potencial de desarrollar sesgos que pueden reducir la empatía.
La empatía nos ayuda a entender lo que otros están pensando y sintiendo. Ayuda a los niños a construir relaciones, involucrarse con lo que están aprendiendo, y trabajar y jugar juntos.
Promoción de la creatividad
Mi investigación ha investigado el efecto de la enseñanza de la empatía en las habilidades sociales y emocionales de la creatividad en las clases de diseño y tecnología en el Reino Unido.
Se evaluó el nivel de creatividad de alumnos de noveno año, de 13 a 14 años, de dos escuelas, tanto al comienzo como al final del año escolar académico.
Hicimos esto utilizando la Torrance Test of Creative Thinking, que mide las respuestas dibujadas y escritas a indicaciones dibujadas y escritas.
Después de que los estudiantes tomaron la prueba por primera vez, una de las escuelas continuó normalmente con sus lecciones habituales de diseño y tecnología. En la otra escuela, las lecciones habituales fueron reemplazadas por una serie de lecciones centradas en la empatía, llamadas “Designing our Tomorrow”.
Se pidió a los estudiantes que crearan un producto para niños con asma y sus familias: un paquete que contenía la información y el equipo necesarios para tratar el asma en niños pequeños. Se les incitó a ser empáticos, por ejemplo, al no juzgar sus propios diseños y los de los demás. Se animó a los estudiantes a empatizar con las personas para las que estaban diseñando el producto.
Los resultados mostraron que solo la escuela donde realizamos las lecciones centradas en la empatía aumentó sus niveles de respuestas creativas. Estos hallazgos sugieren que la creatividad se puede enseñar, particularmente con instrucciones que defienden la importancia de empatizar con el tema.
Enseñar empatía en la escuela ayudaría a los jóvenes a retenerla en su repertorio de habilidades sociales, mejorando su aprendizaje y preparándolos para el mundo adulto.
Este artículo es re-publicado de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Puedes leer el artículo original «Empathy can be taught at school – and it can lead to more creative thinking«. Traducción: innovaromorir.com