A pesar de la capacidad creativa, un estudio sugiere que los niños aprenden tarde a innovar para desarrollar herramientas que les ayuden a solucionar problemas.
Invenciones como el dispositivo para lavarse las manos a pedal de Stephen Wamukota, y el siempre útil “Safe Touch Pro” de Mizan Rupan-Tompkins, muestran que los niños son lo suficientemente creativos para desarrollar soluciones a los problemas más urgentes del mundo.
Un nuevo estudio sugiere que los jóvenes inventores están muy por delante de la curva en lo que respecta a las habilidades cognitivas y las experiencias de aprendizaje social necesarias para la innovación.
En un artículo científico publicado en Trends of Cognitive Sciences, los investigadores de la University of Texas en Austin abordan una pregunta que ha desconcertado a los investigadores por más de una década: ¿Cómo los seres humanos tienen una tecnología tan sofisticada y, sin embargo, se necesita la mayor parte de la infancia para aprender a resolver desafíos simples de herramientas de innovación?
Desarrollo de herramientas para resolver problemas
El estudio presenta una descripción cognitiva del desarrollo de herramientas, una habilidad que es posible gracias a la capacidad única de los humanos para tomar las innovaciones de otros y modificarlas y combinarlas de formas creativas para desarrollar nuevas tecnologías.
“Los seres humanos están solos en su complejidad tecnológica, que es el producto de nuestra capacidad para aprender, modificar y mejorar las innovaciones de otros” manifestó el autor principal del estudio Bruce Rawlings, investigador postdoctoral en UT Austin.
“Nuestra capacidad única para la innovación de herramientas es la razón por la que contamos con tecnología como naves espaciales, biomedicina e internet. Esto nos ha permitido desarrollar plataformas en línea para la educación en el hogar y el desarrollo de vacunas a un ritmo sin precedentes. Sin embargo, todavía no entendemos por qué es una habilidad tan laboriosa y de desarrollo tardío”.
En su artículo, Rawlings y Cristine Legare, profesora de psicología en UT Austin, argumentan que los fundamentos cognitivos de la innovación de herramientas, funciones ejecutivas (memoria de trabajo, control de la atención, inhibición y flexibilidad cognitiva), planificación, creatividad, razonamiento causal, resolución de problemas y aprendizaje social, se desarrollan gradualmente durante la niñez y la adolescencia temprana y trabajan en conjunto durante la innovación de herramientas.
Proceso de innovación de herramientas
Los investigadores dividen el proceso de innovación de herramientas en tres pasos.
Primero, los niños deben entender que hay un problema que resolver y que las herramientas disponibles pueden ser usadas para hacer esto. Estas habilidades cognitivas se desarrollan bastante temprano, explicaron los autores del estudio.
Incluso los niños de edad preescolar pueden hacer predicciones y explicaciones basadas en el razonamiento causal, lo que les permite comprender que se pueden utilizar herramientas para resolver el problema.
El segundo paso cognitivo, el más arduo, es proponer posibles soluciones a un problema mediante la reutilización de materiales existentes en las herramientas. Esto requiere de habilidades cognitivas mucho más sofisticadas, como la planificación, la creatividad y las funciones ejecutivas, muchas de las cuales no maduran hasta la niñez tardía o la adolescencia temprana y requieren experiencias adicionales adquiridas mediante la observación e interacción con los demás.
“Es nuestra preocupación por los demás y lo que ellos saben puede explicar el tremendo apetito de los seres humanos por el descubrimiento” dijo Legare.
“La innovación requiere aprovechar los conocimiento de generaciones anteriores y modificarlos para satisfacer las demandas actuales y resolver problemas críticos”.
El tercer y último paso de la innovación exitosa de herramientas es la adopción de una innovación realizada por otros. Esto indica su verdadero valor, dijeron los autores, y permite que las innovaciones se extiendan por las poblaciones.
De esta manera, la innovación de herramientas ha permitido a los humanos desarrollar tecnología sofisticada y responder de manera efectiva a crisis como la pandemia de COVID-19.
Las actuales medidas de aislamiento social podrían tener consecuencias complejas para el desarrollo de la innovación, destacaron los investigadores.
“Por un lado, sabemos lo importante que es la vinculación social para la innovación y que la escolarización tiene un efecto positivo en muchos de los procesos cognitivos que apoyan la innovación. Por lo tanto, las interrupciones escolares y el aislamiento social podrían ser perjudiciales” dijo Legare.
La investigadora agregó que «actualmente estamos obligados a idear todo tipo de formas novedosas y creativas de aprender y hacer las cosas, y en ese sentido puede aprovechar la innovación y la creatividad al vernos obligados a proponer diferentes ideas y experiencias”.
Estos son los últimos hallazgos de un proyecto de investigación financiado por la The National Science Foundation y The Templeton World Charity Foundation, que desvela la infraestructura cognitiva que subyace al aprendizaje cultural, la complejidad cultural y la innovación para identificar lo que hace que los humanos sean únicos cognitiva, cultural y socialmente.
Principales conclusiones del estudio
a) La cultura humana no tiene paralelo en complejidad tecnológica, sin embargo, la mayoría de los niños fracasan en los desafíos de innovación de herramientas simples.
b) Los investigadores explican cómo múltiples mecanismos cognitivos, incluido el razonamiento causal, la resolución de problemas, la creatividad, las funciones ejecutivas y el aprendizaje social, funcionan en conjunto para consolidar el desarrollo de la innovación de herramientas durante la infancia.
c) Los investigadores describen el papel que juegan estos mecanismos en tres pasos centrales de la innovación de herramientas; reconocer el problema, generar soluciones y la transmisión social de innovaciones.
Referencia:
Bruce Rawlings, Cristine H. Legare. Toddlers, Tools, and Tech: The Cognitive Ontogenesis of Innovation. Trends in Cognitive Sciences, 2020, ISSN 1364-6613,
https://doi.org/10.1016/j.tics.2020.10.006.
