Incluso los “soldados” más recios de nuestro sistema inmunológico no son lo suficientemente tenaces como para eliminar los tumores cancerosos. Øyvind Halaas, profesor de la Norwegian University of Science and Technology (NTNU), tiene como objetivo hacer algo al respecto.
Inmunoterapia
La inmunoterapia en el tratamiento del cáncer implica mejorar la capacidad de las células inmunitarias para destruir las células cancerosas. El método es efectivo contra el cáncer de la sangre y algunos tipos de linfoma, pero menos eficaz contra los tumores cancerosos sólidos.
Øyvind Halaas es profesor en el Department of Clinical and Molecular Medicine de la NTNU y hace tiempo tiene una idea de cómo se podría mejorar la inmunoterapia.
“Queremos entrenar a las células inmunitarias para que se vuelvan más robustas. El ‘entrenamiento’ se llevará a cabo en el laboratorio donde intentaremos recrear lo que sucede en los ganglios linfáticos dentro de nuestro cuerpo”, manifestó el investigador al medio Norwegian SciTech News.
Esta es una forma de pensar completamente nueva.
Debido a que la tecnología es de naturaleza general, también podría ser relevante para otras enfermedades inmunológicas y para el desarrollo de vacunas, por ejemplo, destacó Halaas.
Idea radical
Halaas liderará un grupo internacional que ha recibido EUR 4 millones en apoyo de prestigiosos programa European Innovation Council (EIC) Pathfinder, en el marco del programa de investigación Horizonte 2020 de la UE.
EIC Pathfinder apoya la investigación y la innovación que se encuentra en una fase emergente, y tiene como objetivo lograr avances radicales en campos relevantes.
Células T a la vanguardia
“Las células inmunitarias de nuestro cuerpo se entrenan y se desarrollan en los ganglios linfáticos. Las células T blancas maduras son las más eficaces para matar las células cancerosas”, dijo el investigador.
Pero las células cancerosas son buenas para camuflarse y pueden escapar de las células T exterminadoras, lo que permite la formación de tumores.
En la inmunoterapia, se extraen las células T del paciente y se inserta un gen construido que permite que las células T reconozcan las células cancerosas específicas como una amenaza.
Según Halaas, el factor limitante de la técnica es que las células son débiles y no viven mucho tiempo.
“Si pudiéramos convertir estas células en células madre para que pudieran dividirse incluso después de reintroducirlas en el cuerpo, tendría una mayor probabilidad de acabar con las células cancerosas”.
¿Qué son las células T?
Las células T son un tipo de linfocito que es parte esencial del sistema inmunológico, y juegan un rol importante en la respuesta inmune adaptativa.
La literatura científica describe cuatro tipos principales de células T: citotóxicos, cooperadores, de memoria y reguladores.
Combinando propiedades
Se ha demostrado que las células madres T de memoria son muy activas contras las células cancerosas. La cantidad de estas células es limitada, pero son una parte muy importante del sistema inmunológico debido a que “recuerdan” una enfermedad recurrente o de larga duración.
Las células T de memoria se encargan de la enfermedad sin agotarse, debido a que son capaces de producir nuevas células asesinas.
“No sabemos exactamente cómo producir estas células. Lo que sí sabemos es que las células madre T con memoria se forman en los ganglios linfáticos. Entonces, nuestro equipo de investigación va a construir lo que llamamos un nicho, un ganglio linfático artificial simplificado, en el laboratorio. El objetivo es modificar las células T para que se conviertan en células de memoria T”, dijo Halaas.
El objetivo del equipo de investigación es crear células inmunes que combinen las propiedades de la memoria y la capacidad de replicarse.
Las células T van al “gimnasio”
Los investigadores colaborarán a través de diferentes disciplinas científicas para crear el microambiente al que llaman nicho.
Una start-up de tecnología austriaca ha creado una nueva clase de impresoras 3D que permitirá construir la estructura, o “andamio”, para el nicho.
Los socios del proyecto llenarán esta estructura con diversas células y estímulos, e investigarán qué funciona mejor contra el cáncer.
Después de su “período de entrenamiento” en el nicho, las células madre T manipuladas se reintroducirán en el cuerpo del paciente.
El grupo de investigación no se aventurará tan lejos en el proceso. Inicialmente, sólo realizarán experimentos en animales y células humanas en los sistemas modelo.
El gran objetivo
“Calculamos que las células madre de memoria bien entrenadas al principio tendrán poco efecto contra el cáncer. Pero su número crecerá y se convertirá en cientos de millones de maduras y efectivas células asesinas del cáncer. Entonces, la teoría es que juntos podrán matar todas las células de un tumor canceroso”, manifestó Halaas.
Incluso si el método resultará eficaz, el investigador no cree que sustituya a la cirugía.
Pero los cirujanos no siempre logran extirpar todo el tumor canceroso y, a veces, la cirugía resulta demasiado difícil. En tales casos, Halaas cree que el tratamiento con un ejército de células madre T podría ser lo apropiado.
Cuatro años, seis países
El proyecto ha recibido el nombre de INCITE (Immune niches for cancer immunotherapy enhancement) y tendrá una duración de cuatro años.
La ambición de Halaas es que el proyecto crezca a lo largo del camino, con la ayuda de la UE y de las instituciones de origen de los participantes.
Investigadores de Noruega, Austria, Italia, Bélgica, Alemania y los Países Bajos participan del proyecto, e incluye a inmunólogos del cáncer, investigadores con experiencia en el método CAR-T, expertos en ciencia de los materiales, impresión 3D, bioinformática, tecnología de tejidos y comunicación.
Etapa temprana
“INCITE es un proyecto de innovación y estamos en una etapa muy temprana. Pero la idea es que se convierta en un negocio en el futuro. Durante el tercer año, creo que podremos ver si las cosas están funcionando”, destacó Halaas, quien lidera y coordina el proyecto.
El campo de especialidad de Halaas son los sistemas microfisiológicos.
El otro investigador central de NTNU es Jan Torgersen, un profesor asociado del Department of Mechanical and Industrial Engineering. Él es un experto en modelado matemático y flujo en microsistemas.
Contacto
Øyvind Halaas